Antonio de León y Gama nació en la ciudad de México en 1735. Estudió en el Colegio de San Ildefonso, y ahí obtuvo el título de abogado. En 1759 empezó a ejercer su profesión en uno de los oficios de cámara de la Real Audiencia, donde pasó trabajando el resto de su vida.

Tuvo una inmensa pasión por las ciencias, en especial por la astronomía. En esta disciplina elaboró, siendo todavía joven, un ensayo sobre los calendarios de dos años llenos de observaciones astronómicas, acerca de los movimientos de los planetas y de otros fenómenos de nuestro sistema solar.

Asimismo, entre otros trabajos en este ámbito, calculó con mucha exactitud el eclipse del 6 de noviembre de 1771; también hizo observaciones sobre la altura del Polo, respecto de la ciudad de México. Como perito en astronomía, el conde de Revillagigedo, virrey de México, distinguió el mérito de Gama, nombrándolo socio de Alejandro Malaspina, quien había sido enviado por la corte para desempeñar diversas comisiones científicas.

León y Gama también escribió sobre matemáticas y medicina, así como de historia. En esta última disciplina, la obra más importante de este autor fue su descripción sobre la Piedra del Sol y la Coatlicue. El título original de este trabajo, publicado en 1792, es Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la plaza principal de México se hallaron en ella el año de 1790.

Según Alfonso de María y Campos, esta obra puede considerarse “como el primer trabajo de corte científico realizado con una pieza arqueológica: define el tipo de piedra, se estudia su significado, utiliza de forma crítica las fuentes históricas.”

Por su parte, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, quien ha sido, desde 1978, el encargado de realizar las excavaciones del Templo Mayor, dice que para elaborar su estudio, León y Gama “acudió a las fuentes históricas conocidas por entonces para basar en ellas buena parte de sus conclusiones. También le preocupó conocer el material en el que estaban labradas las esculturas y otras características interesantes. Mandó dibujarlas para tener datos precisos de ellas. En fin, su estudio interpretativo fue realmente relevante”.

Antonio de León y Gama, quien dejó inédita multitud de papeles y textos de astronomía que se conservan en la Biblioteca Nacional de París, murió el 12 de septiembre de 1802 en la Ciudad de México.